La frase
es...
Un mensaje de Lucy para ti...
¿Tienes miedo de llegar a la edad madura?, ¿no sabes qué hacer si ya estás en esa etapa de tu vida?
Cumplir años y tener cada vez más edad es un tema que a todos los seres humanos nos afecta, nos llena de miedos e incertidumbres, pero cuando se trata de personas que ya van por arriba de los 45 o 50 años entonces las inquietudes son mayores. Comienzan las preocupaciones por la salud, la economía y las condiciones de vida a largo plazo, si tendremos una pareja estable o estaremos solos, quién nos cuidará al llegar a la vejez, etc. Aunque estos aspectos son de interés general, también hay otros que afectan en diferente forma a mujeres o a hombres.
Las mujeres suelen preocuparse además por su aspecto físico porque, como en todos los medios de comunicación nos muestran imágenes de mujeres jóvenes, excesivamente bellas, con facciones muy finitas y muy buenos cuerpos, entonces nos hacen creer que conforme estamos más gorditas, con celulitis, canas o arrugas corremos el riesgo de que nuestras parejas nos puedan cambiar. Y es ahí cuando empieza el desmedido afán de hacerse cirugías plásticas, untarse todo tipo de cremas o cosméticos y vestirse muy a la moda con tal de verse con menor edad de la que realmente se tiene. En el caso de los hombres, aunque también les interesa su apariencia física, les preocupa más seguirse sintiendo capaces de enamorar a alguna chica y disfrutar plenamente de su vida sexual. Es por eso que algunos, en su afán de rejuvenecer, buscan ligarse con jovencitas que los hagan sentir viriles y que todavía pueden satisfacer a quien sea, aunque al hacer eso muchas veces no se dan cuenta de que esas chicas se acercan a ellos más por el lado del interés económico y otras porque ella está necesitada de encontrar a una figura paterna.
Todos estos comportamientos por sí mismos no tienen nada de malo, siempre y cuando no nos hagamos daño a nosotros mismos ni a terceras personas. Pero, independientemente de lo que estemos dispuestos a hacer en lo físico, la edad nos llega y aunque externamente estemos en buenas condiciones, ¿qué pasa con las inquietudes y temores internos?, ¿qué más podemos hacer si ya llegamos a la edad madura? Un consejo muy generalizado es que hay que envejecer con dignidad (aunque nadie dice qué significa eso exactamente), pero yo quiero darles algunas sugerencias un poco más prácticas y específicas.
Para mí, entrar a la edad madura significa que llegó el momento para adquirir una mayor sabiduría. Cuando estamos jóvenes no sabemos qué onda con la vida, dependemos de los padres, estamos muy sujetos a la aprobación de los demás y a cumplir las expectativas sociales (estudiar, conseguir un buen empleo, ganar suficiente dinero, hacerse de un buen patrimonio, casarse y formar una familia, etc.). Pero, sobre todo, en la juventud tenemos el inmejorable pretexto de la inexperiencia para cometer muchas tonterías y errores en todos los ámbitos. Sin embargo, en la edad madura nuestra cuota de tarugadas se nos empieza a reducir, ya no podemos darnos el lujo de tomar decisiones porque sí y muy al “aventón”. Implica una gran toma de consciencia de que ahora sí tenemos que aprovechar la vida al máximo, además de que es un excelente momento para recapitular en todo lo que hemos hecho antes. Piensa que ya cumpliste con todo lo que se supone tenías que hacer, ahora llega el tiempo de ver qué es lo que de verdad quieres hacer por ti y para ti. Y esto no significa ser egoísta, porque se puede balancear muy bien con tus otras responsabilidades.
Sería magnífico que buscaras algún método de reflexión interna, ya sea con libros, cursos, acercándose a la religión o a través de una terapia profesional, lo que sea, pero que te sirva para rencontrarte a ti mismo, para hacer ese reacomodo o reestructuración de tu vida. No sólo hay que buscar los arreglos cosméticos externos, sino que también hay que ver la manera de reorganizarse por dentro, replantear nuestras metas y objetivos para asegurarnos una vejez tranquila y estable.
Tal vez decidas cambiar de empleo, ponerte a meditar, hacer yoga y ejercicio, estudiar alguna otra carrera u oficio que te llame mucho la atención, salir a lugares adonde nunca antes habías podido o atrevido, etc. No te preocupes si tu familia o los demás piensan que ya te volviste loco, lo que estás haciendo es reencontrándote contigo mismo y estás siendo auténtico. A esa edad ya no tiene que importarte seguir las expectativas de los demás, lo que debe interesarte es aprovechar tu vida al máximo. No obstante, tampoco te estoy diciendo que puedes hacer cualquier tontería, hablo de reflexionar seriamente y darte nuevas oportunidades, explorar cosas que se te quedaron pendientes y que por ser tan cumplido o por mantener a la familia fuiste posponiendo.
Es muy importante que todos, hombres y mujeres, no piensen que por tener 45 o 50 años ya se les acabó la vida y tienen que hacer lo que se supone debe hacer una persona mayor. Si no nos damos la oportunidad de realizar lo que de verdad queremos, vamos a ser adultos frustrados y enojados con la vida. Esta es una muy buena etapa para renacer, donde ya te das cuenta de que muchas de las cosas que hiciste no te funcionaron, y si aprovechas las enseñanzas de tu propia experiencia, junto con toda la gran cantidad de ayudas externas a las que puedes tener acceso, la plenitud de vida se multiplica. En síntesis, hay que ver la edad madura en su aspecto positivo y como el gran momento del reencuentro contigo mismo.