que tan pronto se debe decir te amo

QUÉ TAN PRONTO SE DEBE DECIR "TE AMO"?
Por: Dra. Lucy Serrano

Las primeras señales de que alguien nos gusta, nos atrae sexualmente o nos llama la atención son muy emocionantes. Cuando de pronto nos percatamos que esa persona se ha convertido en alguien especial, que nos genera maripositas en el estómago, que nos infunde una energía vital, que nos llena de entusiasmo, que saca lo mejor de nosotros mismos, que nuestra vida se llena de alegría, entonces cualquier esfuerzo nos parece poco para estar a su lado y complacerlo o ganar su aprobación. Hasta el más mínimo detalle de su persona nos interesa, su físico nos deleita, su manera de pensar nos fascina, su presencia nos pone nerviosas y su ausencia nos parece eterna. Prácticamente vivimos para el momento de nuestro próximo encuentro.

Todo esto puede suceder sin que el otro se percate plenamente de nuestro grado de interés, porque tratamos de disimularlo y, por supuesto, sin tener la certeza absoluta de ser correspondidos. Claro que se vale hacer nuestra luchita para lograr el objetivo de entablar una relación amorosa con la persona elegida, pero esto puede ir acompañado con el miedo al rechazo e inclusive a hacer el ridículo. Dependiendo de qué tan alta está nuestra autoestima, el grado de seguridad personal que tengamos y la eficacia de nuestras técnicas de conquista (carisma, estrategias de seducción, conocimiento del sexo opuesto, etc.), será el valor que tengamos para finalmente declarar nuestro amor.

Antes se acostumbraba que sólo los hombres tomaran la iniciativa en cortejar a la joven, la cual a veces fingía cierta resistencia para no parecer una chica fácil, pero ahora hay muchísimas mujeres que no consideran justo ni práctico quedarse sentaditas esperando pasivamente a que el galán tome la iniciativa y, por lo tanto, no tienen empacho alguno en manifestar su interés.

El amor es un sentimiento maravilloso, pero muy enigmático e impredecible. A veces tú mueres por alguien a quien no le interesas y aunque te desvivas por él, esa persona a su vez está totalmente enfocada en otra que quizá no le haga caso. Qué desconcertante e ilógico, ¿no crees?

Bueno, es obvio que una vez que la chispa se enciende no puedes evitar experimentar esos sentimientos, esto está totalmente fuera de tu control. Sin embargo, lo que sí puedes decidir es cómo y cuándo manifestarlos. La pregunta clave aquí sería: ¿qué tan pronto es conveniente confesarle a esa persona que lo amas?

En las sociedades norteamericanas y europeas se tardan en pronunciar los “I love you”, y cuando finalmente lo hacen puedes estar bastante seguro de que va en serio. Sin embargo, para los latinos es demasiado fácil bajarle el cielo, la luna y las estrellas a la persona cortejada (decirle lo que quieren oír) con tal de lograr una conquista fácil.

Si dices “te amo” sin plena consciencia del significado y compromiso que representan esas palabras, aunque no necesariamente estés fingiendo o jugando con los sentimientos ajenos, corres el riesgo de precipitarte y dejarte llevar por la emoción del momento, sin tomar en cuenta toda una serie de factores que no permitirían una relación sana. Tal vez al poco rato se te baje el entusiasmo, pierdas interés y acabes lastimando a la otra persona que sí se lo tomó muy en serio y que luego te estará llenando de reproches y culpas.

Por otro lado, sí estás plenamente convencida de tus sentimientos, pero no totalmente segura de los de la otra persona, ¿cómo debes proceder? Aunque no se haya hablado con claridad para definir los términos de la relación y la interacción sea frecuente, hay ciertas señales no verbales que se intercambian las personas mostrando su agrado e interés. Pero siempre queda un pequeño margen de duda hasta que no se habla claramente.

Si tú te lanzas precipitadamente a manifestar tus sentimientos antes de dar tiempo a que la relación se encamine adecuadamente, corres el riesgo de acorralar a la otra persona, quien tal vez no esté preparado para corresponderte y te dé un no rotundo que te hará sentir muy rechazada. Si te hubieses esperado a acumular más señales de que tal vez te pudieran corresponder, irías más a la segura, con la ventaja adicional de conocer mejor a la persona para detectar su grado de afinidad contigo.

Aunque no hay garantía, yo recomiendo empezar por hacer algunas preguntas de exploración como:

• ¿Qué es el amor para ti?

• ¿Has estado enamorado alguna vez?

• ¿Qué es lo que más te atrae en una pareja (su físico, su trato, su personalidad, etc.)?

• ¿Qué tipo de mujeres te desagradan?

• ¿En este momento de tu vida a qué le darías prioridad: al amor, al trabajo, a los estudios, etc.?

Las contestaciones que recibas pueden servirte como pista para ver si puedes seguir adelante y no llevarte una desilusión.

Además de esperar un tiempo prudente (que puede variar según las circunstancias), es muy necesario no crearse demasiadas expectativas y ser justos en el sentido de que una persona tiene todo el derecho de aceptarnos o rechazarnos, independientemente de lo que sintamos por él. Aunque nos estemos muriendo de amor eso no significa que automáticamente el otro está obligado a correspondernos. También hay que tomar en cuenta la posibilidad de que la persona nos proponga una amistad en caso de no poder aceptar una relación y si estaríamos o no dispuestos a conformarnos con eso.

Asimismo es aconsejable no caer en el otro extremo, es decir esperar demasiado convirtiéndonos en el eterno admirador, amor platónico y abnegado, porque la persona amada nos vería como alguien demasiado tímido, inseguro, indeciso y hasta digno de compasión. Además de que corremos el riesgo de caer en manos de personas que sólo se dejan querer y aprovechan gustosos todo lo que les brindamos de manera incondicional, pero sin que exista una reciprocidad. Estas situaciones pueden parecer muy románticas y altruistas, pero llegan a convertirse en algo patético y molesto.

En conclusión:

Date el tiempo suficiente para conocer bien a la otra persona y para analizar cuidadosamente tus propios sentimientos.

No digas de entrada: “Te Amo”. Sí deseas expresarte, usa frases como: “Me gustas mucho, estoy sintiendo algo especial por ti” o “Me gustaría que saliéramos y nos tratarnos más para ver si se puede dar algo entre nosotros”. De esta manera el otro no se sentirá presionado a corresponderte de inmediato, ni acorralarlo u obligado a rechazarte para no darte falsas esperanzas.

Una vez que llegue el momento de soltar el: “Te amo”, que sea con toda tu alma y sin esperar que de inmediato el otro te diga: “Yo también te amo”. A veces estamos un poquito desfasados y vale la pena darle su tiempo a la otra persona esperando a que, cuando finalmente lo diga, sea de corazón.

Si te corresponden, qué bueno; no hay cosa más bella que un amor recíproco. Pero si no desean o no pueden hacerlo, de todas maneras valora el hecho de que la vida te brindó la maravillosa oportunidad de sentir amor.